Acoplar todas las piezas que componen esta parte de la maquinaria, fue un proceso que requirió de mucha paciencia. Hay que hacer que todo encaje, como si de un puzle se tratase. Hay que lijar de nuevo, una por una, todas las piezas para facilitar el movimiento de las mismas; hay que dar forma al muelle (hecho con alambre acerado) e introducirlo en el orificio de la báscula por donde pasa su eje, hacer que se deslice por la acanaladura de la palanca de repetición y por el taladro practicado en la palanca de escape ; hay que colocar todos los tornillos que regulan la posición de las distintas piezas; hay que pegar fieltros en los lugares oportunos para evitar ruidos; hay que ajustar el diámetro de todos y cada uno de los taladros; luego hay que presentar todas las piezas y, si no funciona, volver a desmontar y repetir la operación.
Luego se regulará la posición de cada pieza mediante los tornillos oportunos
El tornillo que regula la posición de la palanca de escape tiene como tope un alambre que va insertado en la báscula y al que hay que dar la forma adecuada para que pueda realizar su función: mantener dicha palanca en su posición inicial.
En rojo, los fieltros que reducen el ruido del golpeteo producido con el movimiento de todas estas piezas al realizar el ataque.
Aquí vemos la pieza que sujeta la báscula y que guiará su movimiento en cada ataque.
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